Le Invitamos a ser un Adorador

¿Cuál es la verdadera adoración?

Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren.
Juan 4:23

¿Cuál es la verdadera adoración a Dios? Esa es una de las preguntas que muchos cristianos se hacen a sí mismos. Jesús dijo que Dios buscaba adoradores que le adoraran en espíritu y en verdad pero, ¿qué significa eso realmente? ¿Será que con ir a la iglesia los domingos nos basta para poder adorar adecuadamente? ¿O será que es suficiente con cantar unos cantos lentos todos los días y orar todas las mañanas? ¿Podré estar mucho tiempo de rodillas, levantando y bajando las manos diciendo aleluya, gloria a Dios, y decir que adoré efectivamente? En fin, ¿cómo se puede adorar a Dios en espíritu y en verdad? En fin, ¿cuál es la verdadera adoración?

Hoy en día hay un concepto muy erróneo entre muchos cristianos, y es que uno va a la iglesia para adorar, y luego se va a la casa a descansar. Al congregarse con los hermanos espirituales, uno hace parte de la adoración, ya que es la voluntad de Dios que nos congreguemos, pero hay quienes se congregan, cantan unos coros, cantan canciones lentas, oran, y escuchan la predicación, y creen que ya cumplieron con la adoración de esa semana. Sienten que ya tienen derecho de hacer lo que quieran el resto de la semana; pero, ¡eso no es así! ¡De ninguna manera podemos afirmar algo así! Cuando nos congregamos, hacen una pequeña parte, pero en lo que queda de la semana, debemos procurar adorar realmente en espíritu y en verdad, poniendo en práctica lo que cantamos y lo que escuchamos en el sermón.

No basta con solo congregarse un domingo para ser un adorador, sino que todos los días de la semana debemos estar en continua adoración. Cuando Jesús dijo que Dios buscaba adoradores que le adoraran en espíritu y en verdad, lo dijo en respuesta a una duda que tenía una mujer samaritana cuando ella dijo lo siguiente: "Nuestros padres adoraron en este monte, pero vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar" (Juan 4:20), y Jesús le dijo que ni en un lugar ni en otro, sino en espíritu y en verdad. Por lo tanto, no debemos ser "adoradores dominguistas" quienes solo buscan adorar los domingos nada más, sino todos los días de nuestras vidas.

Ahora bien, ¿qué hay del canto y la oración? ¿Será suficiente cantar cantos lentos y orar bastante? ¿Podré ser un verdadero adorador así? Lo cierto es que aún eso no basta. Muchas personas creen que al cantarle a Dios es una de las principales formas de adoración, e incluso creen que si canto rápido, es alabanza, y si canto lento, es adoración. Pues al cantar cualquier canto, ya sea rápido y lento, de una forma se está adorando, ya que con el canto se ministra a la iglesia, se ministra a uno mismo, y así se hace la voluntad de Dios. Sin embargo, no es adoración simplemente por ser un canto, y no es suficiente con solo cantar para ser un verdadero adorador. La oración es algo que Dios quiere que hagamos, por lo cual también es parte de la adoración, pero no es adoración por sí solo. Es solo una pequeña parte de lo que hacemos para adorar.

La próxima pregunta es, ¿qué tal si nos postramos ante Dios, levantando y bajando las manos como se ve en la tele a veces? ¿Qué tal si digo aleluya y gloria a Dios muchas veces? ¿Será que así estoy adorando bien? La palabra "adoración" significa estar postrado. Sin embargo, debemos recordar lo que Jesús dijo: "los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad". Aquí no dice que adorarán en cuerpo y en verdad, sino en espíritu y en verdad. Sí, debemos estar postrados, pero no en cuerpo, sino en espíritu. No está mal doblar nuestras rodillas ante Dios, y de hecho es una buena práctica, pero lo cierto del caso es que la verdadera adoración no se cumple a perfección con solo hacer eso. Pero entonces, ¿cómo nos podemos postrar en espíritu? La respuesta es con la humildad. Debemos procurar ser humildes en todo.

Entonces, ya establecimos que no es suficiente con solo ir a la iglesia, ni tampoco con cantos y oración, ni tampoco con arrodillarnos. Pero aún queda la gran pregunta: ¿cuál es la verdadera adoración? Podemos encontrar la respuesta en Colosenses 3:17, lo cual dice lo siguiente: "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él". Debemos hacer todo en el nombre de Jesús. Cada una de nuestras acciones debe glorificar a Dios. Cualquier cosa que vayamos a hacer, hagamos la siguiente pregunta: ¿lo que voy a hacer glorifica a Dios? Si la respuesta es un "sí", entonces al hacerlo, estoy adorando. Pero si no es así, no debemos hacer lo que teníamos en mente.

Algunos preguntarán, ¿pero cómo puedo hacer que todo lo que yo haga glorifique a Dios? ¿Acaso Dios va a ser glorificado en las pequeñas cosas que hago, en cosas tan insignificantes como cortar mis uñas, por ejemplo? La respuesta depende de uno. ¿Por qué me estoy cortando las uñas? ¿Será por vanidad? Entonces no. ¿Será porque quiero cuidarme bien, cuidar este cuerpo que es templo del Espíritu Santo? En ese caso, ¡claro que se está glorificando a Dios! Debemos adorar a Dios en absolutamente todo. La adoración no es algo que se hace una vez a la semana, ni todos las mañanas, ni tres veces al día, ni nada así. ¡La adoración es algo que se hace las veinticuatro horas del día, y los siete días de la semana!

Entonces, queda claro que la adoración no se hace ciertos días ni a ciertas horas, ni tampoco es algo que podamos limitar a ciertos eventos o actos. No lo hacemos en un lugar o en otro lugar. Debemos adorar en todo tiempo y en todo lugar sin importar donde estemos o la hora que sea. ¿Cuál es la verdadera adoración a Dios? ¡Es nuestro estilo de vida!