La Hipergracia

Un nuevo movimiento surge, crece, y  se extiende como fuego en la pradera.
 
Ni tan nuevo es, tanto que el apóstol Pablo lo combatió  en los inicios de la iglesia cristiana. Se presenta con nueva cara, y verbo atractivo, y ha sido llamado “Hipergracia”. Es la doctrina que enseña  que Dios no castiga a nadie, El es supremamente amoroso para castigar a alguien. Esta doctrina desfigura el real concepto del amor de Dios, y un primer paso para abrazar el Universalismo; esa doctrina católica que dice que al final todos vamos a ser salvos,  y que después de todo el infierno no existe.
 
El movimiento es considerado como  una “evolución natural” de la iglesia evangélica que en las últimas décadas ha abandonado la doctrina y la  predicación bíblica. El pulpito ha sido tomado, por la teología de la terapia motivacional, la teología de la prosperidad, la búsqueda del éxito, enseñanzas que no deberían tener nada de particular, si no socavaran  fundamentos básicos del cristianismo histórico y bíblico.
 
Muchas de estas iglesias y predicadores  se niegan a predicar la doctrina de la Cruz, a la que llaman burlonamente la “teología del matadero,”  echan a un lado la doctrina del pecado, del arrepentimiento, y la santidad;  no  se habla de temas como el infierno, el juicio final, y niegan la segunda venida de Cristo.  
 
El movimiento de la Hipergracia, es la versión moderna de una antigua herejía conocida como antinomianismo, que en griego significa anti “contra” y nomos, “ley”.  Es la creencia de que la ley moral del Antiguo Testamento fue completamente abolida,  y podemos vivir de la manera que queramos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Según ellos la gracia en el Nuevo Testamento, acabò con la Ley del Antiguo Testamento. Es una interpretación muy particular de Romanos 8:1 abrazando su parte a) y desechando la parte b) del versículo ...ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.

Todo el capítulo 8 de Romanos es la síntesis de la lucha de Pablo contra el antinomianismo en la iglesia cristiana del primer siglo, y que amenazaba contaminar  y pervertir el evangelio en sus propios inicios.   El Antinomianismo tiene también su contracara  en la moneda del Falso evangelio; se llama "Legalismo", esa igual perversión del cristianismo que nos empuja al fariseísmo, la religiosidad, y a la hipocresía,  y a vivir de acuerdo a normas, leyes y doctrina de hombres y creer que la santidad tiene que ver con guardar aspectos externos y apariencias. Lo que Dios realmente quiere de nosotros es que seamos personas cien por ciento autenticamente, nacidas de nuevo. Dios quiere que seamos personas verdaderamente  transformadas por su evangelio y por su Espiritu.

Quienes predican o saltan al Liberalismo de la Hipergracia, son en su mayoría cristianos que vivieron los rigores del Legalismo. La Hipergracia y el Legalismo no son para nada caras del cristianismo.  Hay un punto de síntesis entre ambas, y es el punto de equilibrio de vivir en Santidad, pero en la libertad que nos da el Evangelio.
 
Los que advertimos acerca de este movimiento, no abrigamos dudas que esto pondrá en peligro el futuro del cristianismo, y las nuevas generaciones crecerán engañados por un falso evangelio.

La Biblia habla de la  maravillosa Gracia de Dios, pero quienes creen en la Hipergracia interpretan olímpicamente Romanos 6: 1-2 “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”.
 
Lista de los 8 signos más claros que vemos en la tomografía de una iglesia  que está predicando y viviendo la Hipergracia.
 
1. Los predicadores no hablan en contra del pecado: Si usted está en una iglesia como èsta, te darás cuenta de que la palabra “pecado” por lo general sólo se menciona en el contexto del perdón de los pecados en Cristo. Cuando alguien cuestiona esa omisión inmediatamente lo califican de  “religioso” “legalista” y “fariseo”. Joel Osteen uno de los principales predicadores de la hipergracia ha dicho: "Yo no predico pecado porque eso molesta a las personas, y baja su autoestima" 

2. El pastor nunca toma una posición firme sobre la santidad: En un intento por atraer a más gente, y no se moleste al predicar la vida cristiana practica, no se predica santidad, y todo se hace para que las reuniones sean más agradables. Los ministros no toman una posición pública, y  no enseñan a los miembros sobre cuestiones que están en la agenda moral como el aborto, la homosexualidad, el lesbianismo, las drogas, o cualquier cosa que pueda hacer sentir mal a la audiencia. Se deja a un lado cualquier intento  que enseñe vivir una vida de santidad.

3. El Antiguo Testamento es casi totalmente ignorado: En estas iglesias, el Antiguo Testamento es tratado como un registro que no tiene un valor real con nuestro estilo de vida moderno. Bien, no hay ninguna mención de los Diez Mandamientos o las porciones bíblicas donde Dios se muestra como un juez.

4. A los líderes se les permite enseñar y predicar abiertamente viviendo en pecado: No hay condenación hacia los pecados como la fornicación, adulterio, la homosexualidad, lesbianismo, avaricia y la embriaguez, todos ellos son tolerados, ya sea para los miembros ordinarios o personas en posiciones de liderazgo, esto no es “importante”, ya que no refleja el amor al prójimo y el respeto a sus decisiones.

5. Los mensajes suelen ir en contra de la “iglesia que predica valores fundamentales”. Los pastores que han abrazado la Hipergracia están constantemente en contra de las iglesias más “conservadoras”, porque creen que su mensaje ya no es relevante a la cultura de hoy. Por otra parte, ellos dicen que estos “fundamentalistas” sólo hacen que las personas en general tengan una mala impresión de los evangélicos.

6. Los pastores predican en contra del diezmo: La Hipergracia, no estimula a la gente a leer la Biblia, pero se preocupan por predicar lo que no se debe creer. Aunque hablan de prosperidad y éxito financiero  y recalcan sobre las necesidades no predican el diezmo porque según ellos es otra ley que fue abolida en Cristo, pero predican la siembra para el éxito financiero personal y de la iglesia. 

7. Los pastores predican sólo mensajes motivacionales: Desde los púlpitos de las iglesias resuenan sólo mensajes positivos sobre la salud, la riqueza, la prosperidad,  y de cómo tener éxito en la vida. No existe una preocupación o interés en proclamar “todo el consejo de Dios”, o estimular el trabajo evangelístico y misionero que requiere arrepentimiento y cambio de vida. No mencionan la existencia del diablo y demonios, y dicen que la guerra espiritual en el cristiano crea distorsiones mentales.   

8. Miembros de la Iglesia no deben temer a ningún tipo amonestación por parte de su liderazgo: Los participantes de una iglesia que siguen la Hipergracia están convencidos de que, a causa del fuerte énfasis en la gracia, todo está permitido. Es decir, no se espera ningún cambio real de ellos, sólo asistir a los cultos de adoración y ser “mejores personas y más felices”.

Entre los proponentes de la hipergracia están los pastores Rod Bell, quien enseña que el infierno no existe, y ha escrito un best seller titulado "El amor gana", y Joel Osteen  que figura entre los predicadores mas entusiastas de este movimiento que amenaza trastocar la esencia del evangelio.